Copa doble, 1991, de Eva Lootz es La Obra invitada del Museo para el segundo cuatrimestre de 2015. Procedente de la Colección Liberbank, su autora es una de las principales referentes de la escultura española de las últimas décadas.
El Programa La Obra invitada tiene como misión traer al Museo de Bellas Artes de Asturias durante un periodo de tres meses destacadas obras procedentes de coleccionistas particulares o de otras instituciones nacionales e internacionales que contribuyan a reforzar el discurso de la colección permanente, bien porque permitan profundizar en aspectos ya contemplados por la colección, bien porque permitan cubrir lagunas que en ella puedan detectarse.
La artista austriaca Eva Lootz (Viena, 1940), que reside en España desde mediados de los años sesenta, es uno de los principales referentes de la escultura de las últimas décadas. De hecho, junto con Adolfo Schlosser (1939-2004), tuvo un papel pionero en la nueva escultura española, desarrollada principalmente a partir de los años ochenta y que tendría su primera visualización pública en la exposición En tres dimensiones, organizada en Madrid por la Fundación Caja de Pensiones en 1984.
La escultura presentada en el Programa La Obra invitada del Museo de Bellas Artes de Asturias formó parte en 1992 de una interesante exposición en la galería Juana de Aizpuru de Madrid. Esta muestra apuntó a una nueva dirección de su obra definida por una composición escenográfica y minimalista del espacio con piezas que exhibían de forma asertiva su cualidad de objeto escultórico, mediante su forma depurada, su gran tamaño y el uso de un material tradicional como el bronce.
Copa doble es una pieza en bronce dorado, de 162 centímetros de altura, compuesta por dos copas tan unidas que visualmente parecen formar una sola unidad bifurcada. En la poética de Lootz, las copas en bronce dorado se relacionan con la forma atávica del cono y de la montaña, al tiempo que reflexionan en torno al concepto de polaridad, como juego de lo positivo y lo negativo, o contraposición, como en este caso, del cono vacío del vaso y el lleno de su base. Además, la obra se constituye como una metáfora visual de lo femenino en el arte, algo muy habitual en su producción posterior, representándolo en este caso a través de un contenedor que alude a los conceptos de pérdida o agujero, que la artista configura como una forma de belleza fría y depurada.
Copa doble es la primera obra escultórica del Programa y la primera en exhibirse en el recientemente inaugurado edificio de la Ampliación, pues presidirá la sala 27, en la segunda planta del edificio de Mangado, arropada por otros artistas que contribuyeron a la renovación de la pintura y la escultura en los años ochenta como los pintores Miquel Barcelò, José Manuel Broto, Miguel Ángel Campano y José María Sicilia, y escultores como Miquel Navarro.