En 2015 se celebra el veinticinco aniversario de la muerte de Paulino Vicente, que falleció en Oviedo el 13 de agosto de 1990. Coincidiendo con esta efeméride, el Museo de Bellas Artes de Asturias ha organizado esta exposición homenaje, que reúne medio centenar de obras realizadas por el pintor entre 1918 y 1973 y escogidas de entre los fondos de la propia pinacoteca y los conservados por los familiares del artista. Esta selección de pinturas y dibujos nos descubre a un pintor preciso en el trazo y diestro en el manejo del color, enraizado con los clásicos pero también innovador; a un creador que, a lo largo de su vida, y a través de los distintos géneros que practicó, realizó una crónica humana y geográfica de toda una generación.
Aunque el propio Paulino Vicente siempre consignara como fecha de nacimiento el año 1900, vino en realidad al mundo en Oviedo el 5 de noviembre de 1899, sintiendo la vocación artística desde fechas muy tempranas. Estudió primero en el Círculo Católico de Oviedo y en la Escuela de Artes y Oficios de la capital asturiana y, gracias a una beca de la Diputación, continuó su formación en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, pasando entonces a formar parte del grupo de artistas e intelectuales de la Residencia de Estudiantes, especialmente del integrado por los asturianos Antonio y Eduardo Torner, Antón Capitel, Ángel Muñiz Toca, Julio Gavito y Jerónimo Junquera. Entre 1929 y 1931 se perfeccionó en Italia con otra beca de ampliación de estudios en el extranjero de la Diputación. A partir de 1933 compaginaría la pintura con la docencia artística en los institutos de enseñanza media de Sama de Langreo, Aramo y Alfonso II de Oviedo, y durante un corto periodo de tiempo (de 1932 a 1934) en la Academia Provincial de Bellas Artes. Después de la guerra civil desempeñó diferentes cargos institucionales, como el de jefe de Artesanía (1941) y el de restaurador de obras de arte de la Diputación Provincial (1952). En 1979 fue nombrado hijo predilecto de Oviedo y en 1990 de Asturias, obteniendo ese mismo año la medalla al mérito en las Bellas Artes.
Paulino Vicente practicó diversos géneros, principalmente pintura costumbrista, paisaje, incluyendo vistas de ciudades (como los rincones de su querido Oviedo), bodegones, pintura religiosa y retratos. Este último supone casi el ochenta por ciento de su producción. Retratista predilecto de la burguesía ovetense desde los años cuarenta, inmortalizó también a muchos de los personajes españoles y extranjeros más importantes de su tiempo, algunos de ellos en su célebre serie de “Españoles fuera de España”. Fue, además, un excelente muralista y dibujante.Con esta muestra el Museo quiere rendir un homenaje a este creador, tan vinculado al ambiente artístico ovetense y asturiano.