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Julio Galán Gómez, un artesano de la arquitectura

Publicado el 19 de mayo de 2017

Julio Galán Gómez, un artesano de la arquitectura

En este post repasamos brevemente la figura y obra de Julio Galán Gómez (La Coruña, 1908 – Milán, 1975), arquitecto que participó en la Edad de Oro de la arquitectura asturiana y, que, como tal, ocupa un lugar preferente en la exposición Una edad de oro: Arquitectura en Asturias 1950-1965 que, comisariada por Fernando Nanclares y Manuel Lombardero, se muestra en el Museo de Bellas Artes de Asturias hasta el próximo 21 de mayo. Hijo del también arquitecto Julio Galán Carvajal (Avilés, 1876 – Oviedo, 1939), en la biblioteca del Museo de Bellas Artes de Asturias se conserva desde 2012 el archivo personal de ambos profesionales, algunos de cuyos documentos se muestran actualmente en la mencionada exposición.

Desde su estudio en la calle Uría 22, Julio Galán Gómez se volvió especialmente conocido por haber diseñado buena parte de las sedes centrales de las cajas de ahorros españolas a partir del concurso celebrado en 1946. El arquitecto obtuvo el título en Madrid en 1936 y ese mismo año fue nombrado Arquitecto Municipal Interino del Ayuntamiento de Oviedo (1936-1938), firmando también su primer trabajo: una casa en la travesía de Santo Domingo para David Álvarez del Busto.  Después ejerció como Arquitecto Director de Construcciones Escolares de la Provincia de Oviedo (1939-1959) y Municipal del Ayuntamiento de Langreo (1940-1975). A lo largo de su larga carrera trabajó habitualmente con el delineante Francisco Ruiz Tilve que, como recuerda el ingeniero técnico Jaime Llames “interpretaba y llevaba a buen fin los deseos y observaciones de Julio Galán, plasmándolas en el papel vegetal con la tinta china de barra que él mismo hacía en un cuenco de porcelana”. Otros colaboradores suyos destacados fueron el ingeniero Ildefonso Sánchez del Río y el propio Llames.

Según Fernando Nanclares y Nieves Ruiz, autores del libro Lo moderno de nuevo: Arquitectura en Asturias 1950-1965 (Lamicro, 2014), Julio Galán se caracteriza por una “extraordinaria capacidad para el detalle en la práctica de una arquitectura academicista revisada y, en cierto modo, modernizada”. Extractamos a continuación parte de las apreciaciones de ambos autores sobre algunos de los  proyectos de mayor interés de este arquitecto.

Bolera

 

Como señalan Nanclares y Ruiz, sus proyectos más modernos se fechan a partir de 1953, cuando firma el de una bolera para el Orfanato de Mineros Asturianos, en Oviedo. Aquí Galán hace un ejercicio virtuoso de síntesis entre la tradición constructiva y las formas modernas, al emplear , entre otros elementos, dos arcos parabólicos de hormigón y ladrillo para suspender una losa inclinada que protege el puesto del tirador y cubre el área de los bolos con bóvedas tabicadas que se apoyan en dos muros.

 

Casa de los millonarios

Casa de los Millonarios – Archivo de Julio Galán en la Biblioteca del Museo.

Otra de sus construcciones más destacadas es la conocida como Casa de los Millonarios (Calvo Sotelo 16, Oviedo), de 1957, a la que el arquitecto incorpora los efectos plásticos animados, aunque sin ceder en la voluntad de transmitir una sensación de orden. El edificio se articula con dos plantas inferiores acristaladas, sobre las que se apoya un bloque de seis pisos de ladrillo rojo muy texturado, en cuyos dos lados, simétricos, sobresalen unos cuerpos pautados con tiras negras que enmarcan unas amplias terrazas revestidas interiormente con gresite de tonos grises. Los dinteles se señalan, como en algunos proyectos de los hermanos Somolinos, con gresite blanco. También se remata con una pérgola en el ático. Todo es orden y simetría, pero a la vez se trata de una de las composiciones en esquina más interesantes de aquellos años.

 

Cerramos este texto con el edificio del Colegio de Médicos , en la Plaza de América número 10 de Oviedo. Se trata de un edificio de oficinas de extraordinaria calidad, proyectado en 1962 y cuya fachada, de metódica disposición, se ve favorecida por la curvatura del espacio circular en el que se inserta. La fachada es una retícula compacta de bandas horizontales interrumpidas por nervaduras verticales salientes, todo de aluminio, que descansa sobre una amplia marquesina curvada. Este edificio representa así un vínculo con una modernidad casi intemporal que recorre la arquitectura internacional, desde las obras milanesas de Gio Ponti hasta las americanas de Mies van der Rohe, al que se une, además, un sello de solvencia técnica y elegancia.

 

Colegio de médicos en una postal de 1967

 

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