El cincel de José Gragera

Hasta el próximo mes de septiembre el Museo expone dentro del Programa La Obra invitada dos bustos en mármol realizados por el escultor José Gragera y Herboso que representan, respectivamente, a los próceres asturianos José Francisco de Uría y Riego (1862) y Gaspar Melchor de Jovellanos (1863). Ambas obras, instaladas temporalmente en la sala 5 (segunda planta del Palacio de Velarde), proceden de la Junta General del Principado de Asturias. Su préstamo se inscribe dentro de un convenio de colaboración suscrito entre la propia Junta y el Museo el pasado mes de mayo.

José Gragera, Autorretrato

José Gragera, Autorretrato, carbón sobre papel.

Coincidiendo con la presencia de estos bustos hemos querido dedicar esta entrada a la vida y el arte de José Gragera quien, a pesar de ser hoy casi un desconocido, fue en realidad uno de los más renombrados escultores españoles del siglo XIX.

José Bartolomé Gragera y Herboso nació en Laredo (Cantabria) el 24 de agosto de 1818. Pocos años después se trasladó con su familia a Oviedo. En la capital del Principado estudió en la Escuela de Dibujo dependiente de la Sociedad Económica de Amigos del País y, según sus biógrafos (entre los que destaca Enrique Pardo Canalís), pasó también por las aulas de la Universidad, donde estudió Gramática Latina y Filosofía. En esta época se inició su relación con José Posada Herrera (1814-1885), quien parece ser intervino en favor del artista para que se le concediera una pensión que le permitiera continuar estudios en Madrid. Muchos años después, Gragera fue elegido para inmortalizar al jurista y político asturiano en un monumento erigido en Llanes en 1893 y del que el Museo de Bellas Artes de Asturias conserva una copia moderna en bronce del modelo para la estatua.

A partir de 1839 se documenta a José Gragera en Madrid, donde completó su formación en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el taller de José Tomás. Junto a él trabajó, según mencionan fuentes de la época, en la estatua del Valor y en la figura del león del Monumento a los Héroes del Dos de Mayo de Madrid. En 1854 obtuvo el primer éxito en su carrera, tras vencer el concurso para la erección del Monumento a Juan Álvarez Mendizábal en Madrid, actualmente perdido. Con motivo de la fundición de la estatua Gragera residió en París, entre 1856 y 1857, pero este monumento, de accidentada historia, no sería colocado en la Plaza del Progreso de la capital hasta 1869. Es también interesante señalar los cambios sufridos en la concepción de la figura. En el Museo del Romanticismo se conserva una versión en bronce del primer modelo, donde representa al efigiado con gran fidelidad y vestido con traje de época. Una figura descrita por las crónicas como de “hermoso busto, el rostro grave de correctísimas facciones, el rizado cabello, las patillas tan bien encajadas en los cuellos blancos, y éstos en el lioso tafetán de la negra corbata reluciente, las altas solapas de la levita y, por fin, al ponerse en pie, ésta en toda su longitud, ceñida y al propio tiempo holgada”. En la versión definitiva cambiaría ligeramente la disposición del cuerpo del modelo, que envolvería además con una capa, elemento recurrente en la escultura decimonónica que contribuye a dar dignidad y prestancia al retratado.

Monumento a los héroes del Dos de Mayo

Monumento a los héroes del Dos de Mayo, Madrid.

Mendizábal

José Gragera, Proyecto de estatua de Mendizábal, dibujado y litografiado por Juan Antonio López (Reproducido en Enrique Pardo Canalís, Vida y Arte de José Gragera, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1954, p. 178).

Proyecto de Estatua de Mendizábal

José Gragera, Proyecto de Estatua de Mendizábal, litografiado por D. Valdivieso (Reproducido en Enrique Pardo Canalís, Vida y Arte de José Gragera, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1954, p. 179).

Además de como escultor, José Gragera trabajó también desde 1857 como restaurador de escultura en el Real Museo de Pinturas y, a partir de 1869, se convirtió en subdirector conservador del Museo de Escultura, hoy Museo del Prado. Para esta institución desempeñó distintos trabajos, administrativos y artísticos, como la realización de una serie de bustos de tamaño colosal de distintos artistas destacados, como Rafael, Tiziano, Leonardo, Miguel Ángel, Ribera, Murillo y Velázquez, destinados a decorar el nuevo Salón Italo-Español. Este es seguramente su proyecto más renombrado para la pinacoteca, la cual todavía exhibe, a día de hoy, el retrato del arquitecto Juan de Villanueva, el único de la serie que se pasó a materia definitiva, en este caso a mármol.

Leonardo

José Gragera, Leonardo (Reproducido en Enrique Pardo Canalís, Vida y Arte de José Gragera, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1954, p. 188).

Tiziano

José Gragera, Tiziano (Reproducido en Enrique Pardo Canalís, Vida y Arte de José Gragera, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1954, p. 182).

Velázquez

José Gragera, Velázquez (Reproducido en Enrique Pardo Canalís, Vida y Arte de José Gragera, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1954, p. 184).

Excelente retratista, la mayor parte de su producción se centra en este género. Suele citársele como autor representativo de la escultura romántica española, aunque su obra se caracteriza por las referencias clásicas, que se combinan con un contenido sentimiento. Su estilo, sobrio y majestuoso, huye de toda posible afectación, reflejando gran serenidad en sus retratos. Así se aprecia, por ejemplo, en los dos bustos invitados, de Uría y de Jovellanos, pero también en el de Alfonso XII, de 1878, que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Asturias como depósito del Museo del Prado. En este último, también de gran busto (como los de artistas realizados para el Prado), aparece el monarca representado con gran exactitud aunque ligeramente idealizado, inmortalizado con un modelado firme y sobrio. El rey va vestido con el uniforme de Capitán General del Ejército español y está enmarcado por un manto de armiño, que contribuye a dar corporeidad y prestancia a su figura. En opinión de Javier Barón este busto es la obra de mayor calidad de Gragera y uno de los mejores ejemplos del retrato escultórico de la temprana Restauración.

Jubilado de sus funciones en el Museo del Prado, Gragera regresó a Oviedo, donde fallecería el 31 de mayo de 1897.

Miradas de Asturias

Con un respeto absoluto por la libertad creativa del fotógrafo, la Fundación María Cristina Masaveu Peterson promueve desde el mecenazgo, la creación de un Fondo de obra inédita inspirada en Asturias y sus gentes, integrada por la visión más personal y única de fotógrafos de prestigio, invitados en cada edición de “Miradas de Asturias”.

ARSTUSIA, de Joan Fontcuberta es la cuarta edición de “Miradas de Asturias”. En la entrada de hoy hacemos un breve repaso por los tres proyectos que han precedido a ARSTUSIA dentro de esta interesante iniciativa.

PATRIA QUERIDA, DE ALBERTO GARCÍA-ALIX

El primer proyecto de esta serie fue PATRIA QUERIDA, de Alberto García-Alix (León, 1956), Premio Nacional de Fotografía en 1999. El fotógrafo, retratista icónico de la Movida Madrileña, desplegó durante año y medio su objetivo sobre la provincia, fundiéndose con el entorno a través de paisajes industriales, arquitecturas desafiantes, naturalezas abstractas y retratos singulares. El resultado de su “Mirada de Asturias” se concretó en un total de 119 fotografías, marcadas por una fuerte simbiosis entre los personajes fotografiados y la arquitectura o el espacio circundante. De entre ellas se seleccionaron para su exhibición 50 instantáneas y un diaporama, a través de los que García-Alix mostró su inédita y personal interpretación de Asturias, fusión de realidad y alegoría, de figuración y de abstracción, y caracterizada por su desgarradora poética contrapicada de luces y sombras, en blancos y negros.

Comisariada por Nicolás Combarro, la exposición se presentó en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón (21 de diciembre de 2012 – 10 de febrero de 2013), itinerando después al Centro Cultural Conde Duque de Madrid (23 de febrero – 5 de mayo de 2013), al Museu da Eletricidade de Lisboa (26 de junio – 18 de agosto de 2013) y, por último, al Instituto Cervantes de Nueva York (14 de enero -14 de febrero de 2015).

Patria Querida de García-Alix
AUTOR: Alberto García-Alix

CATEGORÍA: Proyecto de mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, MIRADAS DE ASTURIAS I Edición

SERIE: Patria Querida

TÉCNICA: Fotografía analógica. Papel baritado, gelatinada de plata virada al selenio

DIMENSIONES: 110 x 110 cm

AÑO: 2012

Colección de Arte Contemporáneo Fundación María Cristina Masaveu Peterson

Patria Querida de García-Alix
AUTOR: Alberto García-Alix

CATEGORÍA: Proyecto de mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, MIRADAS DE ASTURIAS I Edición

SERIE: Patria Querida

DIMENSIONES: 47 x47 cm

AÑO: 2012

Colección de Arte Contemporáneo Fundación María Cristina Masaveu Peterson

ALLUMAR, DE JOSÉ MANUEL BALLESTER

ALLUMAR es el título que el pintor y fotógrafo José Manuel Ballester (Madrid, 1960) dio al segundo proyecto promovido por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson. Premio Nacional de Fotografía en 2010, entre ese mismo año y 2013 Ballester realizó en Asturias más de 5.000 instantáneas, iluminando (allumando, en asturiano) con su cámara distintos rincones naturales e industriales de la región para descubrir al espectador espacios inhóspitos, activos, aislados o inacabados, lugares que atesoran, según el autor, poéticas tremendamente íntimas y que alumbraba, iluminaba, bañando los espacios con su luz, elemento fundamental de su fotografía. Las fotografías que realizó en Asturias, a primera vista detalles de arquitecturas civiles o industriales, revelan sin embargo en una contemplación más atenta a modos de trabajo, formas de organización e incluso estructuras sociales, por lo que nos remiten a la fotografía-documento, reflejo de la Asturias industrial y contemporánea.

De entre las instantáneas realizadas, Ángel Antonio Rodríguez, comisario de la muestra, seleccionó para su exhibición 40 fotografías, que fueron presentadas en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón (20 de diciembre de 2013 – 2 de febrero de 2014), en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid (14 de febrero – 20 de abril de 2014) y en el Museu da Eletricidade de Lisboa (27 de febrero – 26 de abril de 2015). Ángel Antonio indica que Ballester “es un artista de espacios, silencios y experiencias reflexivas”, que en ALLUMAR se reflejan en las estancias, fachadas, pasadizos, puertas, viaductos, etc. que recoge, pero también en playas, acantilados y montañas. Para el comisario, en cada composición el autor parece subrayar presencias que ya no existen, espíritus inquietos, escenarios metafísicos, vigías de nuevas fuentes de vida o últimas moradas.

Allumar de Ballester
AUTOR: José Manuel Ballester

CATEGORÍA: Proyecto de mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, MIRADAS DE ASTURIAS II Edición

TÍTULO: Aboño 3 (2012)

SERIE: Allumar

TÉCNICA: Impresión sobre papel HahnemühleFineartBaryta

DIMENSIONES: 136,2 x 150 cm

AÑO: 2012

Colección de Arte Contemporáneo Fundación María Cristina Masaveu Peterson

Allumar de Ballester
AUTOR: José Manuel Ballester

CATEGORÍA: Proyecto de mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, MIRADAS DE ASTURIAS II Edición

TÍTULO: Salime 2 (2013)

SERIE: Allumar

TÉCNICA: Impresión directa sobre Dibond

DIMENSIONES: 136,2 x 150 cm

AÑO: 2013

Colección de Arte Contemporáneo Fundación María Cristina Masaveu Peterson

A DONDE LA LUZ ME LLEVE, DE OUKA LEELE

La tercera invitada por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson a participar en la iniciativa “Miradas de Asturias” fue Ouka Leele, nombre artístico de Bárbara Allende Gil de Biedma (Madrid, 1957), fotógrafa, performer, pintora, directora de audiovisuales y artista completa, que obtuvo el Premio Nacional de Fotografía en 2005.

Su trabajo para este proyecto vino determinado por la luz, la luz cambiante e inquieta de Asturias, que de hecho dio título al proyecto, A DONDE LA LUZ ME LLEVE. Como ella misma afirmaba en septiembre de 2014, en Asturias tenía “la sensación de estar entrando en el paraíso, inmersa en la belleza. Los días pasan dejándome llevar, como una recolectora de luz, salgo por la mañana, solo atenta a Donde la luz me lleve, sabiendo que no podré repetir lo que veo, pues está construido de luz y brumas, de humedad y misterios irrepetibles“. Estas impresiones se vieron reflejadas en sus imágenes, que retratan, por primera vez en su trayectoria, paisajes, aquellos de las costas, los faros, las montañas y las rocas, pero también y sobre todo las costumbres del medio rural, la vegetación y la arquitectura. Todo ello con su estilo personal y característico, lleno de color y desarrollado en ambientes oníricos, en escenas evocadoras tratadas con un encuadre nunca exento de personalidad, ironía y un cierto humor peculiar.

Comisariada en este caso por Manuel Romero, la muestra tuvo como única sede el Centro Cultural Conde Duque (18 de febrero – 19 de abril de 2015). Estuvo integrada por 50 instantáneas de gran formato de las más de 10.000 disparadas, así como por 5 acuarelas pintadas sobre fotografías en blanco y negro y 3 piezas audiovisuales.

A donde la luz me lleve
AUTOR: Ouka Leele

CATEGORÍA: Proyecto de mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, MIRADAS DE ASTURIAS III Edición

TÍTULO: Desfiladero de las Xanas, 2014

SERIE: A donde la luz me lleve

TÉCNICA: Impresión digital sobre papel de algodón (HahnemuhlePhtoRagUltrasmoth 310 gm2)

DIMENSIONES: 100 x 160 cm (+ 6cm h/v marco /M15)

AÑO: 2014

Colección de Arte Contemporáneo Fundación María Cristina Masaveu Peterson

ouka-leele-2
AUTOR: Ouka Leele

CATEGORÍA: Proyecto de mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, MIRADAS DE ASTURIAS III Edición

TÍTULO: Xana, (Autorretrato). Desfiladero de las Xanas, 2014

SERIE: A donde la luz me lleve

TÉCNICA: Impresión digital sobre papel de algodón (HahnemuhlePhtoRagUltrasmoth 310 gm2)

DIMENSIONES: 171 x 118 cm (+ 6cm h/v marco /M15)

AÑO: 2014

Colección de Arte Contemporáneo Fundación María Cristina Masaveu Peterson

Obras en lugares de paso (I): la escalera del Palacio de Velarde

La escalera del Palacio de Velarde

El Museo de Bellas Artes de Asturias cuenta con una colección permanente de más de 15.000 obras de arte. En los tres edificios que se destinan a mostrar la colección al público únicamente se exponen 782 piezas, aproximadamente el 5% del total de sus fondos. Este montaje de la colección prioriza unas obras de arte frente a otras, seleccionando una parte de entre las más destacadas para conseguir un discurso conexo y, sobre todo, representativo del arte de este periodo.

En este artículo se recogen algunas obras que, formando parte del discurso actual de la colección permanente del Museo, figuran en lugares de paso. Su objetivo es dar a conocer estos fondos al visitante, invitándole a prestarles más atención en su recorrido por el Museo así como a apreciarlas, por lo que se concibe, en cierto sentido, a modo de breve visita guiada por los “olvidados” de la colección.

Siguiendo un recorrido cronológico, comenzamos en el Palacio de Velarde y, en concreto, en la escalera secundaria que da acceso a las plantas superiores, un espacio muy transitado pero en el que quizás nunca nos paramos a observar. Este lugar de paso tiene en todo su recorrido obras de arte muy variadas, entre las que hoy seleccionamos las siguientes:

Los óleos sobre cobre San Antonio de Padua y San Juan de Nepucemo (hacia 1730) de Francisco Antonio Martínez Bustamante.

San Antonio de Padua

San Antonio de Padua

San Juan de Nepucemo

San Juan de Nepucemo

Bustamente fue el mejor pintor profesional del Principado durante el siglo XVIII. Cultivó un estilo barroco decorativo influenciado por el estilo de la corte madrileña. Los dos pequeños cuadros, que representan sendos santos, están situados en el descansillo entre el primer y el segundo piso de Velarde. Llaman la atención sobre todo por los marcos, realizados en madera recubierta de pan de oro y con decoración a modo de florones. Ambas obras proceden de la casa solariega que José Antonio de Llanes y Cienfuegos poseía en la ciudad de Oviedo. Se recogen en su inventario tras la muerte del señor de la casa de Llanes el 31 de Mayo de 1775:

“Sala principal que hace de estrado (…). Otras dos láminas con las efigies de San Antonio y San Juan Nepomuceno con sus marcos dorados a la manera de florones”

La vidriera Alegoría de Asturias (1913) de José Uría y Uría.

Alegoría de Asturias

Alegoría de Asturias

Fue realizada por el taller de vidriera de la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo (como dice su inscripción, ubicada en la parte inferior derecha), promovido por el entonces profesor de la asignatura “Aplicaciones del dibujo artístico a las artes decorativas” José Uría y Uría. Tras su nombramiento como director de la Escuela, Uría dio un fuerte impuso al taller de vidriera, convirtiéndolo en asignatura oficial y promoviendo que las obras ejecutadas, de gran calidad, se enviaran a concursar en la Exposición Nacional de Artes Decorativas. Pero los logros conseguidos no habían sido fáciles, quedando recogidos en una carta personal del propio Uría, fechada el 19 de Abril de 1913:

“Después de mil contratiempos y pesares, he conseguido establecer al lado de mi clase de Dibujo artístico un reducidísimo taller de vidriera, con su horno mufla, en él paso la mayor parte del día con un reducidísimo número de alumnos que con la mayor fe siguen mis lecciones y ensayos. A fin de alentarlos concebimos unas vidrieras que nos han costado muchas zozobras y sinsabores por faltarnos para tal empresa no solamente los útiles más indispensables sino lo más necesario, local con capacidad suficiente”.

La vidriera, que lleva por título Alegoría de Asturias, se ubica en la planta baja de la escalera, en la zona que da acceso al patio de Velarde, frente a la vitrina de piezas de artes industriales y esculturas en pequeño formato. En ella se recogen varios elementos característicos de la región, como el urogallo, el arado tirado por bueyes, la torre gótica de la catedral de Oviedo o el escudo de Asturias.

Finalizamos el artículo de hoy refiriéndonos brevemente a las dos Colchas astur-galaicas que cuelgan en la escalera. Son confecciones textiles elaboradas normalmente en telares domésticos, que utilizan lino o lana como materias primas. Ambas ofrecen diseños geométricos y vegetales y utilizan colores muy vivos. Además, cada una está firmada con las iniciales del propietario “M R” y “S R”, estando esta última acompañada de la inscripción “Recuerdo de mis padres”.

El hilado y la elaboración de estos textiles era una actividad rural tremendamente popular, llevada a cabo por mujeres durante los meses de otoño e invierno. Estas reuniones, nocturnas, se hacían en casa de algún vecino y en compañía de los hombres, en lo que se llamaban los filandones, lo que posibilitaba relaciones sociales unidas a todo un conjunto de cuentos, refranes, cantares y juegos, como se ve en el cuadro de Luis Álvarez Catalá, Filandón en el Monasterio de Hermo.